XV Jornadas Argentinas de Historia de la Educación - Salta

A 90 AÑOS DE LA REFORMA UNIVERSITARIA
XV Jornadas Argentinas de Historia de la Educación
“Tiempo, Destiempo y Contratiempo en la Historia de la Educación”.


Sociedad Argentina de Historia de la Educación
Facultad de Humanidades – Universidad Nacional de Salta
Salta, 29,30 y 31 de octubre de 2008

Primera Circular
“Tiempo, Destiempo y Contratiempo en la Historia de la Educación”
“El tiempo, uno de los problemas mayores de la historia del pensamiento de todas las épocas, ha sido al cabo de los siglos tan finamente elaborado y conducido a tal grado de abstracción en el campo de la filosofía, de la religión del arte y de la ciencia, que por momentos ha logrado, si bien no siempre legítimamente, a nuestro juicio, se le conceda un carácter que lo supone poco menos que natural, invariable y universal; es decir aunque parezca paradógico, fuera del tiempo histórico”. Gregorio Weimberg

Con estas palabras, uno de los principales historiadores de la educación, nos desafía a enfrentarnos a esta problemática, que por su importancia, queremos compartirla en estas XV Jornadas Argentinas de Historia de la Educación.
Ese desafío adquiere una dimensión continental cuando nos señala que,
“... la toma de conciencia de la especificidad del tiempo latinoamericano permitiría quizás iluminar, de bien distinto modo al corriente, nuestra inserción en el mundo contemporáneo, la relación con nuestro pasado y la búsqueda de una dimensión futura propia”
Los “fatalismos celosamente elaborados (raza, clima,geografía etc)” fueron, en el pasado, utilizados por los “países centrales” para justificar las diferencias y legitimar las desigualdades. En la actualidad fueron sustituídos por otros como “el régimen económico, político o social, sea este capitalista o socialista”
Es a partir de estas justificaciones que, el “progreso” emerge asociado a un modelo social que se trata de imponer sobre las realidades y los tiempos de las comunidades existentes. La idea “unilineal del “progreso” con un sólo y único sentido y también un solo y único ritmo, cuyas etapas no pueden saltearse, e insensible a los datos de una realidad diferente de la que le dió origen; esa idea coincide, evidentemente, con las concepciones mecanicistas del tiempo absoluto, inflexible, ineludible y fatal, al que en apariencia por lo menos nada puede desviar, y del cual tampoco nada podría apartarnos”.
El gran peligro de éstas percepciones es, que se considere “un tiempo histórico también único y para cuya fundamentación suele introducirse otra nota:su supuesto carácter innato”.
La perspectiva europeocéntrica se mostró, durante mucho tiempo como la única forma de interpretar el mundo “Y cuando irrumpen al conocimiento del viejo mundo civilizaciones cualitativamente distintas, esto es, incomprensibles dentro de las categorías habituales y por momentos inexplicables por sus leyes, la reacción inicial es considerarlas marginales. Aberrantes degeneradas cuando no se las confina a la categoría de ahistórica”.
Esta dialéctica se mantuvo como un componente permanente de la relación entre los dos continentes y como consecuencia en algunos momentos de la historia, hoy sentían necesario poner “el empeño tenaz por ponerse a “la altura de los tiempos” por recuperar “el tiempo perdido” y para ello qué mejor providencia que intentar poner el reloj de nuestra historia, como entonces candorosamente se decía, en hora con aquellos países. Se advierte una conciencia cada vez más clara del destiempo, y para suplir ese rezago, insistamos, se buscan allende los mares inspiración, estímulos, instituciones, ideas cuando aún no se tenía conciencia de los propios.”
Existe , en consecuencia, una búsqueda. por parte de algunos, de sentir que se está cerca de alcanzar a esos modelos sociales aunque también “se advierte-aunque no siempre con claridad suficiente o con la antelación requerida- que muchas son las dificultades que se interponen en el logro de los objetivos propuestos y entorpecen ese esfuerzo de acompasamiento propuesto para superar precisamente las asincronías, los destiempos” (...) Así las metas simulan alejarse con velocidad superior a nuestras efectivas posibilidades de arribar a ellas; las distancias en vez de abreviarse se amplían; cuando regímenes democráticos tienden a consolidarse son derribados por otros autoritarios y restauradores”.
Como síntesis (...) “podría afirmarse la existencia de una suerte de consenso acerca del destiempo, destiempo que se aspira a colmar, como llevamos dicho, adoptando, con mayor o menor ingenio, ideas pautas, criterios, instrumentos, técnicas o instituciones inadecuados o prematuros (...).
Frente a los promotores de un cambio dentro de esta dinámica se erigen también “reducidos aunque influyentes grupos que siguen añorando el pasado o idealizan la Colonia como una época menos conflictiva, con menores asincronías y complejidades (,,,). Son aquellos que, para poner en hora ”el reloj de la historia”, mueven hacia atrás las agujas; y que en castellano llamamos, sin eufemismos, “retrógrados”.
Esto significa que “la clara conciencia del destiempo histórico no basta en modo alguno para entender satisfactoriamente los procesos contemporáneos y menos aún para proyectarse hacia el futuro o, en otra instancia actuar sobre ellos.
Destacando (...) que aún cuando por ventura lográsemos superar esa asincronía (...tarea casi imposible...) proponerse como objetivo alcanzar aquellos modelos prestigiosos, desatendiendo sus inconvenientes, sería algo contraproducente; un nuevo, contratiempo.
Finalmente, Gregorio Wienberg nos propone que (...) la respuesta juiciosa sería recuperar nuestro tiempo- lo que en modo alguno significa ignorar el del resto del mundo o desaprovechar sus enseñanzas, hasta dónde ellas puedan ser compatibles con nuestros proyectos- modelarlo tomando en cuenta nuestra propia realidad, proponiéndose metas alternativas cuyo logro quizás pueda requerir saltear etapas o dar rodeos para alcanzar objetivos muy verosímilmente distintos, diferentes”.
Las XV Jornadas Argentinas de Historia de la Educación asumen la responsabilidad de intentar ofrecer algunas respuestas a esta convocatoria conscientes que la “globalización” ha potenciado algunos “efectos espejos” que sostienen la remanida idea del “fin de la historia”.

Este es el desafío
EJES TEMÁTICOS
La formulación de los ejes tiene como objetivo ordenar los trabajos que se receptan. Por razones de organización los ponentes, pueden enviarlos a una comisión o consultar alternativas para la presentación de los mismos ya que pueden existir trabajos que aborden temas transversales.
En todos los casos serán bienvenidos.

1.- “Los sujetos pedagógicos”.
Docentes y estudiantes: los actores del proceso, realidades y experiencias.

2.- “Los libros de textos”.
Los materiales de trabajo en el aula. Las producciones locales. La utilización de los textos nacionales en condiciones particulares.

3.- “Las instituciones educativas”.
Modelos y prácticas institucionales. Dinámicas de organización y funcionamiento. Instituciones y comunidad.

4.- “Las asociaciones gremiales docentes”.
Las actividades gremiales. Las luchas de los docentes. Las propuestas de educación permanente.

5.- “Escuela y sociedad.
Contexto e influencias. La comunidad y las escuelas.

6.- “Los saberes y las producciones”.
Métodos e innovaciones. Contenidos y formas de trabajo. Experiencias: logros y frustraciones.

7.- “Educación y poder político”
Convergencia, coincidencias, tensiones y conflictos entre política y educación. Proyectos y concreciones. Realismo y utopía.

8.- “Las Universidades”
Modelos, demandas y desafíos. El balance de los tiempos. 90 años de la Reforma Universitaria.

9.- “Reformas y reformadores de la educación”
Intentos, realizaciones, proyectos. Pensadores y realizadores: unidad necesaria.

10.-“Propuestas alternativas en educación”
En la sociedad también se educa.

Aranceles

* Investigador con ponencia à 120 $
Con 30 Días de antelación à 100 $

* Asistencia sin ponencia à 80 $
Con 30 días de de antelación 60 $

* Estudiantes con ponencia à 60 $

* Estudiantes Asistentes Gratis